En la isla griega de Hydra, la arqueóloga Dora Galis dirige la excavación de un templo del siglo V a.C. dedicado a Crío, el dios de las manadas de la antigua Grecia. De forma casual descubre una entrada tapiada con una inscripción en griego arcaico en el dintel que da acceso a un subterráneo con varias salas y pasadizos. Sólo ella y su ayudante saben que lo ha encontrado; él es Héctor, un arqueólogo español apasionado de la antigua Grecia, que comparte el trabajo de la excavación con Dora desde hace un año.
Sin embargo, pronto aparece un extraño personaje, Simon Bradley, que conoce al detalle los secretos de ese subterráneo. Sin saberlo, Dora y Héctor han abierto la puerta del Infierno.