En la calle de la Sal, número 2, a las puertas de la Plaza Mayor de Madrid se encuentra La Antigua Relojería. Inocencio López Salcedo abrió sus puertas en 1880, en una época en la que los relojes eran artículos de lujo al alcance de unos pocos. Sobre la puerta, un relojero salido de la mano del maestro Antonio Mingote no sólo vigila a los viandantes, sino también a los vecinos de los balcones de enfrente, también pintados por él.
Hablamos con Javier y Reyes, partícipes de la tradición relojera del negocio familiar.
Pregunta: La Antigua Relojería es uno de los establecimientos de más historia de Madrid, que posee premios por su prestigio y trayectoria, que lleva 134 años cuidando de los relojes de sus ciudadanos ¿Es Madrid una ciudad amante de los relojes?
Respuesta:
Tiene que serlo, si no no se explicaría que lleváramos más de 130 años vendiendo y arreglando relojes. Por aquí vienen clientes cuyos abuelos y padres ya venían. Para nosotros es un orgullo.
P: La Antigua Relojería trabaja con relojeros expertos y especializados, auténticos artesanos que necesitan paciencia y casi detener el tiempo, paradójicamente, para cada pieza. ¿Son todos los relojes iguales o cada uno tiene lago especial?
R: Son todos distintos, mecánicos, de pilas, con funciones diferentes. Cada vez que un relojero abre un reloj para arreglarlo, se enfrenta con un auténtico reto
P: En la novela, “La venganza del tiempo”, uno de los personajes principales es el oráculo de Crono, el dios griego del tiempo, capaz de manejar el tiempo a su antojo ¿Un relojero puede tener a veces la sensación de estar deteniendo el tiempo mientras trabaja con un reloj?
R: Ojalá, no sabes la cantidad de horas que puede dedicarle un relojero al arreglo de un reloj. Seguro que todos estarían encantados con poder parar el tiempo cuando tienen una máquina averiada delante.
P: ¿Es el paso del tiempo benévolo con los relojes? ¿Son más longevos los relojes antiguos o los adelantos técnicos nos ofrecen mejores máquinas?
R: Hay de todo, siempre se han fabricado relojes de gran calidad y relojes más sencillos. Aunque, en general, un movimiento mecánico suele ser más apreciado por el aficionado a los relojes que un movimiento de cuarzo tanto por su calidad como por su longevidad.